Tras una cañas por la zona de La Riviera -la Tokyo estaba en la planta de arriba del primer bar donde fuimos a tomarla- y unas latas de cerveza junto a la sala, entramos. Sobre el escenario ya estaba tocando la banda telonera, Akatz, unos bilbaínos que practican una mezcla de reggae, dub, ska... Sonaban bastante bien y sirvieron para calentar el ambiente.
Pero el plato fuerte era la Tokyo Ska Paradise Orchestra -la Skapara-, que volvieron a cumplir con las expectativas. Bailes sin pausa -casi en la primera fila-, sonido perfecto y los nueve japos locos sobre el escenario regalando algún clasicazo de la banda. Como hace dos años, una única pega: algo corto. Bueno, dos: no se tocaron el 'Skaravan'. Cabrones.
Iba a poner un enlace a Goear, pero... mejor el vídeo de ayer que han publicado en el blog de la gira, ¡qué hasta salgo y todo!
Al principio y a lo lejos.
Ahora a ver si encuentro algún concierto para estos meses, que tengo la agenda vacía.
Noche de viernes, noche de Sala El Sol, noche de concierto. Pero antes hicimos un recorrido 'cañeril' por el centro. Primer sitio, calle Montera, la cerve a 1,30 y plato de paella de tapa; segundo sitio, frente a Escridiscos, la cerve a 1,40 y un misero trozo de chorizo con un poco de pan; tercer sitio, frente al Teatro Real, la caña a 1,40 y un plato de aceitunas; último sitio, junto a la sala, caña a 1,50 y nada que la acompañara...
Y a eso de las 10, entramos en la Sala el Sol, donde nos esperaba el primer grupo:
Con su punk-garage-blues e intercambiando instrumentos; temas rápidos y contundentes; y bolsas de plástico para la ducha en la cabeza. Sonaron de puta madre y hubo bastantes pogos en las primeras filas, de hecho, creo que ha sido, tras mucho tiempo, el concierto en que más me ha costado hacer fotos que no saliesen movidas. ¡Llovió cerveza!
Que empezaron con el "Hey, hey, we're the Gories" y continuaron con más temas de su blues-garage-punk. Si en los Oblivians había habido pogos, en los Gories ya fue bestial, estando el principio del escenario invadido por el público durante gran parte del concierto. En un momento dado, Dan Kroha se debió de golpear con la cabeza de alguien y se abrió una pequeña brecha en la ceja -¡pero el trío de Detroit no dejó de tocar!-. Al principio sonaron un poco más flojos que los Oblivians, pero fueron ganando intensidad a lo largo del concierto.
Yo fui el segundo francotirador en esa maldita ciudad de Texas, pero ese cretino de Oswald se llevó todo el mérito.
Dios me pagó para matar al Diablo, pero cuando llegué ante él, únicamente me salió: "¿Cuánto me das tú por matar a ese cabrón?".
Un día volví a casa y esta estaba en llamas. "Chico, lo siento, han muerto todos" me dijo un bombero. Me tapé la cara porque iba a llorar y olí el pestazo a gasolina en mis manos.
El tipo de la foto es Buddy, del comic Odio de Peter Bagge. Muy recomendable. Lo pongo por cierto parecido.