jueves, 25 de mayo de 2006

LO PROMETIDO ENDEUDA

Venturas y desventuras de un chico gris en la vorágine del fin de semana.

El fin de semana pasado, como prometí.

El viernes acabé medio borracho. Y alguien dirá: ¿y qué tiene eso de novedad? Cierto. Es una constante (periódica) que se repite en mi vida. Yo y las cervezas. Una relación de amor y satisfacción. Cuando volvía para casa por los callejones del centro , escuché un sonido como de... adoquín golpeando una puerta metálica. De pronto un tipo giró la esquina ¿y qué llevaba? Un adoquín en la mano. El tío me preguntó si tenía un cigarro, yo dije "No" -¿Tío, lleva un puto adoquín en la mano? -De donde coño lo saco, confiemos en que este más borracho que nosotros (Tengo múltiples personalidades, así que cuando vamos borrachos hablamos todos a la vez). La cosa no pasó a mayores. Doblé la esquina y seguí caminando cuando me encuentro un gato maullando en un tejado. Como iba borracho, en vez de pasar de largo me quedé haciéndole gilipolleces para que bajase, y estaba a punto de conseguirlo, cuando de pronto, de la citada esquina ya tantas veces pleg¡ada, surgió el tipo del adoquín... "Eh, tú" soltó. Mi personalidad cobarde: "¡¡¡Vamonos por patas!!!". La personalidad de borracho, que se impuso: "¡Qué!". "Ah, no, que me he equivocado". Aún así, decidí salir por najas, caminando eso sí, dignidad, con la cabeza abierta, pero dignidad. Cuando ya estaba prácticamente llegando a casa vi al tío que se iba camino de la puera de Santa Ana. Todo hubiese acabado aquí. Si no hubiese sido por mi mente perversa que se imaginaba el adoquín que llevaba el tipo en la mano aplastando a aquel lindo gatito. Ya estaba en mi portal cuando surgió la personalidad malabestia-asesino consumado-lobezno. Así que me volví donde el gato pensando que me lo iba a encontrar medio muerto, me tragué un banco que no ví, diría que surgió de la nada si no fuese porque lleva allí demasiados años, y todo esto ya oliendo la sangre del pobre desgraciado del adoquín, al que iba a ejecutar por aquel crimen tan vil. Pero no, ni había rastro de cadáver, ni de un gato coleando. Así que me volví pa'casa. Hay que decir que un poco desilusionado, porque quería sangre.

El sábado por la tarde es mejor correr un túpido velo.

Por la noche acabé sintiendome gilipollas (sí, cierto, eso támpoco es nada nuevo), cosa que me duró el domingo inclusive. Me crucé con Miss B y creo que me pase en la pose de Bogart. Me preguntó: ¿Qué haces ahora? Y yo respondí: ¿Es un ahora de en este mismo instante o dentro de un rato? Sólo me faltó soltarle el "no hago planes para el futuro con tanta antelación, muñeca". Se salió para afuera con gesto de no me rayes y al rato volvió. Vuelta a la busqueda-encuentro-desencuentro. Volvimos a hablar. Sus amigas se fueron. Y todo hubiese ido mucho mejor si: a) no me estuviese medio yendo patas abajo, b) no tuviese una ganas tremendas de rabar y c) le hubiese dicho las tres palabras mágicas: "Me voy contigo". Pero no las dije. Así que ella se largó y yo me quedé. Rabé en el lavabo porque un tipo se tiró media hora dentro y no podía más. Lo limpié. Me largué del bar con estos. Ellos se fueron para el Paranoid, al lado de donde ella se supone que iba a ir, y yo me largué a casa. Cagué y me acoste con la sensación de haberla cagado. ¿Fin? Que poética me ha quedado la penúltima frase... -¿Me darán un nobel? -Sí, pero con filtro.

3 Comentarios de propios y extraños:

Blogger Canichu, el espía del bar soltó...

Pisé el paranoid, pero no fui al paranoid, no llegué a estar ni un minuto... me sentía incómodo con toda la compañía del lugar. Pero en fin... tu historia ya la conocía de primera mano, así que sólo digo: qué complejo es todo.

25 de mayo de 2006, 11:30  
Blogger EL CHICO GRIS soltó...

pues si. Y lo mio mucho más. Feliz día friki

25 de mayo de 2006, 11:56  
Blogger mimismidad soltó...

Si es que eres gilipollas, para hacer de Bogart hay que valer.

27 de septiembre de 2006, 8:43  

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