HABEMUS CINECLUB

Retomando viejas costumbres, no tanto ir al cine-club, como el hecho de retomar las críticas. La semana pasada, la primera del año, "Habemus Papam", dirigida y escrita por Nanni Moretti -que también se reserva un papel como actor-.

El Papa ha muerto y los cardenales se reúnen para elegir, bueno, ya saben, para recibir la inspiración divina de Dios en su elección y toda esa parafernalia. El caso es que tras la fumata blanca, justo cuando el nuevo Papa, el cardenal Melville -interpretado por Michel Piccoli-, va a ser anunciado ante los fieles que se agolpan en la plaza de San Pedro, a este le da un ataque de pánico y huye despavorido. Para contrarrestar los miedos del nuevo Santo Padre hacen traer a un psicoanalista -Nanni Moretti- al vaticano, que se ve obligado a permanecer en la Santa Sede hasta que se anuncie al mundo el nombre del... me he quedado sin sinónimos para el Papa. El caso es que el psicoanalista no logra avanzar demasiado con el Papa, así que el portavoz lo saca a escondidas y lo lleva a visitar a la mujer del psicoanalista, que a su vez es psicoanalista -y que tiene una pequeña obsesión con el déficit de atención parental en palabras-. Aprovechando la visita al exterior, el nuevo Papa se escapa. Así que por un lado tenemos en la película los recorridos por Roma del nuevo Pontífice -otro sinónimo, ¡jolgorio!- buscando dentro de sí aquello que le atenaza; y los experimentos y discusiones que se trae el psicoanalista con los cardenales mientras ha de permanecer encerrado junto a estos.

La película no está mal, aunque no consigo pillarle todo el gusto al humor italiano. La historia del psicoanalista dentro del Vaticano tiene un punto surrealista que a veces gusta y a veces rechina, pero es la parte más divertida de la cinta.Y la historia del cardenal Melville buscándose a sí mismo... bueno, digamos que el mejor momento es ese homenaje que se pega al teatro de Chéjov.