UN PARAPSICOLOGO NECESITO

Necesito a un Iker Jiménez. Yo prefiriría un Jiménez del Oso, pero... no puede ser.

¿Por qué? Pues estaba yo tan tranquilo (es un decir, porque llevo todo el día con un ligero estado de ansiedad) yendo de la cocina a la habitación, cuando de pronto giro mi cabeza hacia la terraza, para contemplar como las plantas se retuercen por el viento que lleva soplando todo el día (que poético, disparenme), ¿y qué veo? La cara de un niño en una de las jardineras (que debería haber estado regando durante esta semana, ups, alguien me va a matar).

Si hubiese sido una persona religiosa, me hubiese arrodillado en ese mismo instante ante tamaño prodigio (milagro lo tiene que decidir la Santa Sede), pero como no, pues he sacado la cámara de fotos. Es un fenómeno paranormal, ¡como las caras de Vélmez! Que yo sepa en esta casa no vivió niño alguno muerto en extrañas circunstancias, tendré que investigar. Ya veo mi casa convertida en reclamo turístico para aficionados a los fenómenos paranormales. ¡Y la pasta! Porque pienso convertir esto en una especie de parque de la Warner. ¡Vean la cara! Bueno serán las caras, porque esto seguramente no pare aquí, seguro que aparecen más... o con tirar de Eding me aparece la familia al completo. Con chucho y todo

Ya me imagino la visita del Obispo, del Ilustrisimo Alcalde de este pueblucho, digo ciudad, la Presidentisima, esa señora tan...Yo no he dicho nada. ¡Saldré en Tele-Espe! El milagro de las caras de la casa del Chico Gris, bueno, me tratarán como Señor Gris (esto da juego a varias coñas, ya lo sé). En fin, voy a tener que ir haciendo camisetas, chapas y todo tipo de parafernaliasque endosarle a los cretinos, digo los creyentes.

¡Pasen y vean, el milagro de las caras! Por un módico precio de... ¿a cuánto se cobra esto?