Y PARECIÓ UN ACCIDENTE

Breve resumen de lo que puede llegar a ser un concierto:

Me duele el hombro izquierdo, tengo una quemadura de porro cigarrillo en la nariz, un par de sufridas costillas, la cadera derecha diciendo: 'A mi no me toques', ampollas en los pies...

Últimamente, no se muy bien porqué, los pogos en los conciertos de Siniestro están brutalizándose un poco. Y es que lo del miércoles, no fue un concierto de rock, ni de blues, aunque lo tocaran, ¡¡¡fue un concierto punk!!!

Los discursos de Lenin empezaron a sonar por megafonía y el grupo salió a escena.

- Bueno, la primera... 'Cuanta puta y yo que viejo'

¡¡¡NOOOO!!! ¡El 'Cuenca Minera'!

Y después, maese Julián, con su ya clásico: 'Somos un grupo de rock y tocamos a toda hostia'. Y así fueron desgranando temas, desde las primeras bromas punk del 81 hasta los últimos del 'Popular, democrático y científico'. Con sorpresa y todo: después de muchos años siguiéndoles en directo, por fin se han tocado 'Volanteiro cabrón', uno de mis temas favoritos de mi disco 'siniestro' favorito, 'Policlínico miserable'.



Después de muchos botes y de evitar los codazos como buenamente se podía -además de acabar regado de ¿cerveza? ¿o algo con limón?-; y tras una interpretación libre por parte de maese 'Abuelo' Soto de 'La bicicleta', empezaron a sonar los acordes de 'Ayatolah'. Lo que significa que... se acaba el concierto. Puños en alto mientras de fondo suena el himno de la Unión Soviética -son gallegos, irónicos e iconoclasta- y pompas de jabón surcando sobre el escenario de la Joy Eslava -precios 'para todos los bolsillos'-.