UN VIAJE POR PARTES (III)
Es domingo, Rebe tiene un gripón, así que ella y Carlos se quedan en casa de Zepezlin. El trío calavera decidimos no alejarnos demasiado, ya que por la tarde había que acercarles a otro pueblo a coger el tren a Paris. El sitio elegido es Binche, en Bélgica. Foto del ayuntamiento.
Tras la colegiata se encuentran los restos del antiguo castillo, que ahora es un parque. En los cafés cercanos al ayuntamiento sirven la cerveza local, Binchoise -está buena-. Nos dieron casi las 3 de la tarde, y ante la alternativa de comer en una friterie, decidimos ir a Mons -otra vez-. Allí, en la cervecería de las ciento y pico birras, nos metimos un buen trozo de carnaza a la piedra.
Antes de dejar a 'les parisiens' en la estación, paramos en un bosque cercano. Puede que fuese el estrépito provocado por un tren lo que hizo que tres ciervos -o similares- cruzasen el camino unos cientos de metros delante nuestra.
El trío calavera -Zepezlin, Angel y yo- volvimos a Avesnes. Como aun había luz, dimos una vuelta por el pueblo. A unos pasos de la casa de Zepezlin se encuentra la Colegiata de San Nicolás.
Y girando a la izquierda y bajando una calle uno se da de bruces con el antiguo Palacio de Justicia -donde, por supuesto, Batman, Robin y sus amigos combaten contra la injusticia-.
Y estos dos leones pertenecen al jardín de la casa parroquial -duda sobre lo que es un presbytère- donde Napoleón pasó su última noche antes de la batalla de Waterloo.
Cerramos la jordana con una revisión del clásico "Uno rojo división de choque", con Lee Marvin.
La próxima entrega: manual básico de cómo sobrevivir a la mala señalización en la red de carreteras belga.
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