MOJAO

Lluvia. Un auténtico día otoñal. Genial. Y como uno ya no está acostumbrado a estas cosas, pues como que no sabe dónde diablos está escondido el paraguas y termina cogiendo el primero que hay a mano… por suerte el de mi viejo, negro, nada de florecillas (menos mal que andaba por ahí). La vida es cíclica: todos los años las calles se inundan por la inoperancia del ayuntamiento y tienes que ir dando saltos para poder cruzar a la otra acera; los conductores siguen con esa extraña manía de asociar charco y persona (sobretodo tu persona) con velocidad; y lleves lo que lleves… terminas empapándote (necesito un chubasquero, que alguien organice una colecta). Pero eso sí, este año NO, ni de coña, este año no me mojo los pies todos los días de lluvia, este año: botas militares. ¡Antes pies secos que sin ampollas!

Y también ha sido un día de regreso a clase/s: inglés por la mañana en la EOI. Otra vez tercero… este año es imposible que me coincida el examen de Junio con clases obligatorias de Empresas y el de Septiembre con el examen de… Empresas. Este año sí. ¿O no? Y por la tarde: Electrónica Industrial… “Ven a MIS clases que te vendrán muy bien para coger conceptos para TU tesis…” No me quejo, pero nada de nada, es la primera vez que estoy en una clase en el Politécnico y… ¡Ellas son más! 3 a 1. Luego 3 a 2, pero el 2º… no se yo como catalogarlo… ¿hombre o gilipollas? ¿Por qué…? ¿Por qué…? ¿Por qué no me he tirado un par de años más en la carrera? Tanta prisa, tanta prisa. Que las prisas no son buenas, que decía mi abuela, por atribuírselo a alguien.