NEDS

La película de esta semana del cine-club, "NEDS", dirigida y escrita por el escocés Peter Mullan -que como actor ganó el Premio al Mejor Actor en Cannes por "Mi nombre es Joe" y cuya película, "Las Hermanas de la Magdalena", fue premiada con el León de Oro en el Festival de Venecia-, ganó la Concha de Oro a la Mejor Película en el Festival de San Sebastián.

El argumento nos coloca en Glasgow, años setenta, con John McGill afrontando el duro cambio de la escuela primaria al instituto. Familia desestructurada -me estoy abonando a esta palabra-, con padre alcohólico y violento y hermano pandillero. John es el estudiante modélico, tan modélico que a veces resulta repulsivo, pero todo esto cambia durante un verano en que con pocas cosas que hacer en la jodida Glasgow de los setenta, empieza a juntarse con los cachorros de la banda a la que pertenece su hermano. Después de ese verano, nuestro pequeño Johnny se convierte en un auténtico badboy, dando rienda suelta a su violencia. Ya sabéis, niños, no os metáis con el gordito empollón del cole, porque el día de mañana puede que os enseñe lo que significa el término "Fist-fucking".

La cosa empieza bien, pero según van pasando las dos horas que dura, al director se le va cada vez más la pinza y lo que podría ser una perfecta historia social, mostrando la dureza del sistema educativo escocés de los setenta, las dificultades de alguien de clase baja para sobrevivir a un sistema clasista, así como para librarse de los pecados de sus familiares, se transforma de pronto en algo completamente surrealista, con esnifes de pegamentos y apariciones divinas; momento a lo Martin Sheen en Apocalypse Now, cuando se está preparando para matar al Coronel Kurtz -incluso en la petición del padre se podría buscar un paralelismo con el personaje que interpretó Marlon Brando en la cinta de Coppola... Ups, momento spoiler-; rollo Lobezno en plan vengador con cuchillos por garras...

Y eso que la primera hora promete, mostrándonos la progresión de como el buen chico se va pasando al lado oscuro; un poco en busca de la aprobación de la manada, otro poco por estar cansado de llevarse los palos, unas veces por venir de donde viene, otras por ser el blanco fácil. Pero luego la cosa se tuerce. Hay como una especie de empatía entre el personaje protagonista y el director, que a los dos se les va completamente la cabeza al unísono. También hay fallos de coherencia: el niño pasa de ser un retaquillo rechoncho a ser un bigardo bastante ancho de hombros desde que entra hasta que pasa a los últimos cursos del instituto, cosa que entra dentro de lo comprensible, pero ¿y su hermana? ¡Qué no crece! Y luego la tía que vive en USA, que es el personaje superfluo que no aporta absolutamente nada a la película.

Posee algunos guiños chulos, eso sí, hay un momento en que aparece el show de los Monty Phyton en la tele -sketch impagable, por cierto- y suenan habitualmente los T-Rex de Marc Bollan.

En fin, que son como dos películas en una. Pero juzguen ustedes mismos: HERE. Hoy en VOS.