COUNTRY & WESTERN EN LA JOY
Son las siete menos veinte de la tarde y estoy subiendo por las escaleras automáticas de Recoletos. Calle Prim hacía arriba, buscando la tienda donde pillar las entradas para el próximo concierto: The Meteors y Long Tall Texans -entre otros- en la Gruta dentro de una semana exacta. Una vez con el botín en forma de papeles rectangulares impresos en color verde -¡Oh, sí! Las añoradas y bellas entradas de taco y no esa mierda del Ticktack Ticket-, me dirijo a metro Noviciado, atravesando Malasaña por Espíritu Santo, donde he quedado a las siete para iniciar la peregrinación al Palentino -vamos al Kwai / y al Palentino...-, lugar donde hacer el calentamiento para el concierto de Siniestro Total en la Joy.
Y ahí estamos, en la Joy, viendo como con puntualidad casi inglesa, Julián Hernández hace su aparición a las nueve de la noche madrileña para resumir el plan que conlleva la presentación del Country & Western y presentar al resto de la banda: Ángel González, el poeta de las baquetas; Jorge Beltrán al saxo, órgano y otras cosas innombrables; Óscar Avendaño al bajo y otras cosas aún más innombrables; y el 'Abuelo' Soto, a la guitarra, su ya clásica Gibson SG.
Y el plan sigue su curso, comenzando con "The very first one" y finalizando con "Quen me dera na casiña". Entre medias, cambio momentáneo de guitarra del abuelo Soto, armónica y mandolina alternadas con la Telecaster de Julián, el gran momento del sólo de triángulo de Jorge Beltrán y la interpretación del resto del disco: "Country & Western", "Asco", "Sé", "La paz mundial", "Mi amigo imaginario", "Fariseos del rock'n'roll", "Los putos amos", "Como el aceite y el yang", "Trastorno bipolar", "Facundo busca lío" y "Mira por dónde pisas, cowboy".
Tras el descanso, la banda vuelve sobre el escenario y arrancan con "Matar hippies en la Cíes", a la que le sucedieron "Diga que le debo", "Todo por la napia", "Vamos muy bien", "Vámonos al Kwai", "Ay, Dolores", "Alégrame el día","Cuanta puta y yo que viejo", "Yo dije yeah", "Yo quiero ser Emilio Cao", "Bailaré sobre tu tumba", "Miña terra galega"; sucesión de himnos, "la parte viejuna" o "la artillería pesada, que culminaría con el apoteósico pogo del "Ayatolah". Alguna se me quedará. Y una sorpresa entre medias, de esas rarezas que no se prodigan nunca en concierto, la versión del "Sunshine of your love", de los Cream, que a través del filtro Siniestro se transforma en "Corta o pelo, Landrú".
3 Comentarios de propios y extraños:
¡Joder! Llevo una vida tan ordenada últimamente que ya no consigo ir a un concierto ni por obligación. Ni aunque toque Siniestro. Decididamente, tengo que volver a beber más.
Veo que sigues sin perderte una
Qué va, me pierdo más de una. No consigo sacar tiempo para todo o me falta quien se venga a según que cosas.
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