A ZARAGOZA (2ª parte)
Retomando el relato épico de nuestro individuo bajo estudio, también llamado Chico Gris. El Chico Gris conecta con el comando Barcelona y fijan como punto de reunión la bola del mundo que hay en la plaza del Pilar. Antes de que llegue la hora H, le da tiempo de visitar el teatro romano.
Junto al punto de encuentro hay un tipo tocando la gaita. Tras unos leves minutos de espera, el comando Barcelona aparece a lo lejos. El Chico Gris saluda a su enlace, llamémosle Crowley, y es presentado al resto del grupo. De allí se dirigen a algún punto inexacto donde comer. Terminan encontrando un italiano, donde caen pizzas, un par de botellas de Azpilicueta y sendas copazas, así como carajillos.
Tras la tertulia 'Siniestro Rosa' y sobre música en general, el grupo se dirige hacia la sala de conciertos, realizando varias paradas técnicas, donde el gaznate es refrescado a base de cervezas y licores espirituosos.
Y llegamos al verdadero motivo de este viaje: el Wanted Festival.
Una vez dentro y pertrechados con el preceptivo mini de cerveza, parte del grupo se adentra en las primeras filas del concierto.
Sobre el escenario los Enfermos Mentales, grupo de los ochenta de Zaragoza. A ningún miembro del tándem Madrid-Barcelona les parece gran cosa.
Tras ellos, toca La Frontera, que cuentan, entre sus integrantes actuales, con el guitarrista y el batería de la Delta Hot -grupo de blues en el que toca el bajo Jimi Rizos, músico y aun así amigo-. Sonaron bastante bien y el público respondió.
Tras ellos, llegaron los Ilegales. El tándem se acercó más al escenario. Jorge Martínez, con problemas de monitores durante todo el concierto y cagandose en los técnicos de sonido. Aún así, son unos 'putos' profesionales y volvieron a demostrar que suenan potentes y salvajes en esta gira de despedida -¡el próximo viernes en Madrid!-. Se lo pusieron bastante dificil a Siniestro, ¿volverían a pasarles por encima como una de las últimas veces que tocaron juntos? Ante la insistencia de la organización para que acabasen a su hora, Jorge se arranca con algo así como: "Yo soy un macarra y acabo cuando quiero".
Y en esas que llegan los Siniestro Total. El Chico Gris y Crowley acaban metidos en primera fila y empieza el espectaculo. Coñas de Julián con el accidente de avión de Kaczinsky y un par de no muy habituales en el repertorio: 'Jovenes, vírgenes y castos', 'Quiero bailar rock and roll' y 'Dile adiós al rock and roll'. Completaron el repertorio: 'Vamos muy bien', 'Vámonos al Kwai', 'Tan hermoso', 'Chusma', 'Alégrame el día', 'Emilio Cao', 'Bailaré sobre tu tumba', 'Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos', 'Cuanta puta y yo que viejo', 'Diga qué le debo', 'Hey, hey Vigo', 'Miña terra galega' y 'Matar jipis en las Cíes'.
Tras el concierto comentamos que es probablemente el primer concierto de Siniestro que vemos que no suena 'Ayatolah'. Sonaron muy potentes, sabiendo muy bien lo que se hacían. Salieron enchufadísimos, claramente con la intención de no quedar por debajo de la actuación con que les habían precedido los Ilegales y dando al público cera de la buena.
Fin de la actuación de Siniestro, el tándem Madrid-Barcelona sale de la sala para recuperar fuerzas a base de bocatas, cervezas y copas. Comentarios exacerbados sobre la actuación: "¡La hostia!".
El Chico Gris y el comando Barcelona vuelven a la sala multiusos. Sobre el escenario está Loquillo y la sala está a rebosar. Sólo les da tiempo a escuchar cinco o seis canciones. Entre ellas 'La mataré', que pensaban que ya no la tocaba. El bis es 'Cadillac Solitario'.
La sala se vacía un poco y la parte superviviente del tándem se acerca a las primeras filas tras agenciarse unos minis. Salen los Burning a escena. El Johnny ejerciendo su papel de rock-star. El Chico Gris, evidentemente cansado: "Bueno, conque toquen 'No es extraño' me sobra". Y como si le hubieran escuchado, los de la Elipa se arrancan con este tema: "De rodillas ante mí/es como te gusta a ti/De rodillas, por detrás/es como te gusta más". Un par más de canciones y llega 'Jim Dinamita'. El comando Barcelona dice que se larga al hotel. Con dos de sus cuatro favoritas en la saca (las otras son 'Hey, nena' y 'Madrid'), el Chico Gris decide que lo de compartir taxi hasta la estación de autobuses es un buen motivo para retirarse también.
En la estación, nuestro individuo pierde el bus de las 3:34. Consigue billete para el de las 5:50, pero con un poco de suerte consigue meterse, rumbo a Madrid, en el de las 4:50. Durante el trayecto se dedica a sintonizar la radio en una emisora en concreto, dormirse y descubrir al despertar que se le había vuelto a desintonizar la emisora. Llega cerca de las 9 a Avenida de América, allí coge una 'conti' hasta Alcalá. Son las 10 de la mañana del domingo, el Chico Gris se tira en la cama y duerme hasta las cinco de la tarde. Se acaba el fin de semana, llega el martes y el Chico Gris descubre que todos los retortijones que le habían acompañado durante el viaje tenían un punto final. Arroz, manzanas y agua de limón.
Junto al punto de encuentro hay un tipo tocando la gaita. Tras unos leves minutos de espera, el comando Barcelona aparece a lo lejos. El Chico Gris saluda a su enlace, llamémosle Crowley, y es presentado al resto del grupo. De allí se dirigen a algún punto inexacto donde comer. Terminan encontrando un italiano, donde caen pizzas, un par de botellas de Azpilicueta y sendas copazas, así como carajillos.
Tras la tertulia 'Siniestro Rosa' y sobre música en general, el grupo se dirige hacia la sala de conciertos, realizando varias paradas técnicas, donde el gaznate es refrescado a base de cervezas y licores espirituosos.
Y llegamos al verdadero motivo de este viaje: el Wanted Festival.
Una vez dentro y pertrechados con el preceptivo mini de cerveza, parte del grupo se adentra en las primeras filas del concierto.
Sobre el escenario los Enfermos Mentales, grupo de los ochenta de Zaragoza. A ningún miembro del tándem Madrid-Barcelona les parece gran cosa.
Tras ellos, toca La Frontera, que cuentan, entre sus integrantes actuales, con el guitarrista y el batería de la Delta Hot -grupo de blues en el que toca el bajo Jimi Rizos, músico y aun así amigo-. Sonaron bastante bien y el público respondió.
Tras ellos, llegaron los Ilegales. El tándem se acercó más al escenario. Jorge Martínez, con problemas de monitores durante todo el concierto y cagandose en los técnicos de sonido. Aún así, son unos 'putos' profesionales y volvieron a demostrar que suenan potentes y salvajes en esta gira de despedida -¡el próximo viernes en Madrid!-. Se lo pusieron bastante dificil a Siniestro, ¿volverían a pasarles por encima como una de las últimas veces que tocaron juntos? Ante la insistencia de la organización para que acabasen a su hora, Jorge se arranca con algo así como: "Yo soy un macarra y acabo cuando quiero".
Y en esas que llegan los Siniestro Total. El Chico Gris y Crowley acaban metidos en primera fila y empieza el espectaculo. Coñas de Julián con el accidente de avión de Kaczinsky y un par de no muy habituales en el repertorio: 'Jovenes, vírgenes y castos', 'Quiero bailar rock and roll' y 'Dile adiós al rock and roll'. Completaron el repertorio: 'Vamos muy bien', 'Vámonos al Kwai', 'Tan hermoso', 'Chusma', 'Alégrame el día', 'Emilio Cao', 'Bailaré sobre tu tumba', 'Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos', 'Cuanta puta y yo que viejo', 'Diga qué le debo', 'Hey, hey Vigo', 'Miña terra galega' y 'Matar jipis en las Cíes'.
Tras el concierto comentamos que es probablemente el primer concierto de Siniestro que vemos que no suena 'Ayatolah'. Sonaron muy potentes, sabiendo muy bien lo que se hacían. Salieron enchufadísimos, claramente con la intención de no quedar por debajo de la actuación con que les habían precedido los Ilegales y dando al público cera de la buena.
Fin de la actuación de Siniestro, el tándem Madrid-Barcelona sale de la sala para recuperar fuerzas a base de bocatas, cervezas y copas. Comentarios exacerbados sobre la actuación: "¡La hostia!".
El Chico Gris y el comando Barcelona vuelven a la sala multiusos. Sobre el escenario está Loquillo y la sala está a rebosar. Sólo les da tiempo a escuchar cinco o seis canciones. Entre ellas 'La mataré', que pensaban que ya no la tocaba. El bis es 'Cadillac Solitario'.
La sala se vacía un poco y la parte superviviente del tándem se acerca a las primeras filas tras agenciarse unos minis. Salen los Burning a escena. El Johnny ejerciendo su papel de rock-star. El Chico Gris, evidentemente cansado: "Bueno, conque toquen 'No es extraño' me sobra". Y como si le hubieran escuchado, los de la Elipa se arrancan con este tema: "De rodillas ante mí/es como te gusta a ti/De rodillas, por detrás/es como te gusta más". Un par más de canciones y llega 'Jim Dinamita'. El comando Barcelona dice que se larga al hotel. Con dos de sus cuatro favoritas en la saca (las otras son 'Hey, nena' y 'Madrid'), el Chico Gris decide que lo de compartir taxi hasta la estación de autobuses es un buen motivo para retirarse también.
En la estación, nuestro individuo pierde el bus de las 3:34. Consigue billete para el de las 5:50, pero con un poco de suerte consigue meterse, rumbo a Madrid, en el de las 4:50. Durante el trayecto se dedica a sintonizar la radio en una emisora en concreto, dormirse y descubrir al despertar que se le había vuelto a desintonizar la emisora. Llega cerca de las 9 a Avenida de América, allí coge una 'conti' hasta Alcalá. Son las 10 de la mañana del domingo, el Chico Gris se tira en la cama y duerme hasta las cinco de la tarde. Se acaba el fin de semana, llega el martes y el Chico Gris descubre que todos los retortijones que le habían acompañado durante el viaje tenían un punto final. Arroz, manzanas y agua de limón.
2 Comentarios de propios y extraños:
No es un mal fin de concierto. "No es extraño" también es una de mis favoritas
La verdad que sí, pero pensándolo después, hubiera estado bien ver el concierto entero. Pero en ese momento... era la mejor de las opciones.
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